Las semanas pasaron y yo seguía hablando con los chicos por Twitter y WhatsApp. Me presentaron a muchos más pero a mi hubo dos que me cayeron realmente bien, Zayn y Niall. Ahora éramos los cinco más cercanos. Como cinco piezas de un puzzle que encajaban a la perfección. Diferentes personalidades que se compenetraban. Cada uno con su debilidad, sin peleas i discusiones.
Mi madre ya sabía de ellos y la intentaba convencer para algún día poder ir a Londres. Era reconfortante saber que me apoyaba en esto, con ellos podía ser yo y no fingir como hago con mis amigos. Pero tenía un problema, no estaba seguro si me dejarían ir a un concierto, hoy sacan las fechas del Tour y las entradas se agotaran en cuanto las saquen.
- Mamá - la llamé poco convencido.
- Dime Liam.
- Pues... Es que... Hoy...
- Vamos, dilo. No tengo todo el día.
- Pues hoy salen las fechas del nuevo Tour de One Direction y quería saber si podré ir.
- No podemos permitirlo, tendrás que conseguir tú el dinero.
- Y si lo hago, ¿podré ir?
- Supongo, eres mayor y sabes cuidar de mismo.
- ¡GRACIAS!
Volví a mi habitación rápidamente para coger el móvil. Mandé un mensaje a los chicos "¡SÍ!".
Estaba tumbado en la mi cama, era domingo y tenía una resaca terrible. Anoche hubo una fiesta y creo que bebí demasiado. La pantalla de mi móvil se iluminó, mensaje del grupo "Directioner Boys". Era Liam, ¡le dejaban ir al concierto! Ahora sólo nos faltaban las fechas, y estábamos a pocas horas de saberlo.
Entré en Twitter, todo el mundo estaba emocionado por saber los días del Tour. Las chicas habían anunciado que a la 1 p.m. lo sabríamos. Un momento, ¿qué hora era? ¡LA UNA MENOS CINCO! Ay dios. Enseguida encendí el portátil mientras seguía hablando con los chicos por whatsapp.
Cuando estuvo listo, tan sólo quedaba 1 minuto así que me metí en Internet, www.onedirectionmusic.com, había una cuenta atrás. ¡CINCO CUATRO TRES DOS UNO! Entonces, apareció un botón, "fechas". Rápidamente cliqué. Pasé los ojos por toda la pantalla, estaba viendo lo que se podría convertir en mi sueño. Llamé rápidamente a Harry.
- ¡LOUIS! ¿LO HAS VISTO? Hay un montón de fechas, ¡lo lograremos!
- Hola a ti también Harry. ¡Sí, lo vi!
- En una semana hay que comprarlas.
- Sí, sí tranquilo. ¿Iremos a pista?
- Pues... - de repente su voz cambió de tono, ahora más triste. - No te voy a mentir, creo que no puedo permitirme pagar 120£ por una entrada.
- No pasa nada, siempre nos queda tendido bajo por 70. Vamos a avisar a los chicos, ¿vale?
- Vale, ya seguimos hablando por whatsapp. Adiós.
- Adiós.
Hasta la hora de comer estuvimos planeando todo. Y si digo todo es todo. Qué haríamos por la mañana, dónde comeríamos, a qué hora haríamos cola, etc. El problema era, ¿y si no conseguimos entrada? No sería la primera vez que a mi me pasa eso pero a ellos se les ve tan emocionados... aquí teníamos un gran
problema.
Las dos de la tarde, dios mío que hambre tengo. Estar tan nervioso me había dado un hambre a horrores. Estaba sólo en casa ya que mis padres tuvieron que ir a la capital, a Dublín con mi hermano, debían arreglar unos papeles.
No se me da bien cocinar pero tenía demasiada vergüenza como para ir a casa de mi vecina, tenía una hija de mi edad y hace unas noches casi nos besamos. Pero yo no quería tan sólo ocurrió. Es que no me gusta, por culpa de One Direction pongo el listón muy alto. No es fea, pero ahora estoy bien, no necesito a nadie. Sólo comida.
Ah, recordar la comida me ha dado más hambre. Cogí el teléfono. "¿Restaurante Chino?... Servicio a domicilio... pues quería... un rollito de primavera, pollo al limón, ternera, tallarines y arroz tres delicias... ¿Pan chino?.... Um.... Si, claro... Clover Street, 13. Gracias... adiós." Ahora sólo faltaba esperar. Sin haber dejado el teléfono en la mesa sonó
- ¿Mamá?
- Niall cariño, hemos visto un cartel de tus niñas. ¿Por qué no nos dijiste que había un Tour?
- Pensé que no me dejaríais ir.
- ¡Claro que sí! Pero ya sabes que no vamos a gastar mucho.
- ¡MUCHAS GRACIAS!
- Bueno te dejamos, ahora vamos a comer. Adiós.
- Adiós - al decir esto empecé a sonreír como un tonto. Ojalá conseguiremos entrada. No sólo yo, los chicos también.
- Zayn por favor, no estés así - me dijo mi hermana. Pero me parecía imposible parar de llorar. Nunca las conocería.
Mi familia pasaba por un apuro. Mi padre tuvo un accidente y ahora estaba de baja, por lo que no cobraba apenas. Mi madre si que trabaja, gracias a dios y a mi me despidieron, hace una semana. Ahora no puedo ahorrar. Según la jefa ligaba demasiado con las chicas que pasaban por caja, pero era mentira. El problema es que hablaba con ellas y al final me lanzaban indirectas para darlas mi número. No es mi culpa, en serio.
- Tata, ¿crees que pasaremos esto?
- Claro que sí, mira, estoy dispuesta a que durante unos días hagas mi trabajo. Puedes pasear tú a los perros de los vecinos. Son 10£ al día.
- ¿De verdad?
- Claro, además con que trabajes 10 días tendrás suficiente.
- Muchas gracias -conseguí sonreír al saber que a lo mejor lo conseguiría.
- No las des hermano.
Ahora estaba bastante más calmado. Aunque nervioso, ¿y si no conseguía entradas? O peor, ¿y si algunos la conseguíamos y otros no? Esas preguntas me rondaban por la cabeza produciendome dolor.