martes, 21 de enero de 2014

Capítulo 11

Sophie.
Era mañana temprana y me encontraba descansando en mi cama. Tenía algo de jaqueca y mareos, madrugar no me hacía bien, para nada. Pero era lo que conllevaba ser cantante, y encima en medio de una gira. Ensayos, clases, vestuario, maquillaje y peluquería... Odio bailar, no sé cómo Bridget se puede pasar el día de arriba a abajo dando vueltas, si yo me canso a la primera de cambio.

Me disponía a levantarme de la cama para ir a desayunar pero una llamada entrante en mi teléfono me interrumpió. Mierda, era Max, nuestro querido mánager. Ironía. Le odiaba, a muerte, nos obligaba a hacer un montón de estupideces por 'el bien de la banda'. ¿Desde cuando explotarnos grabando de madrugada era por nuestro bien? 

Después de una pequeña discusión mental entre coger la llamada o no, decidí cogerlo.
- Sophie ¿dónde estás?
- En mi casa, la gente normal a estas horas duerme, te lo recuerdo.
- Pon la tele, canal 5, reportaje sobre ti hermosa.
- Gracias por el sarcasmo.

Bajé al salón para ver qué se había inventado la prensa esta vez. Hasta el moño, sí hasta el moño me tenían todos los paparazzis, de verdad que no había profesión más rastrera que esa. Asco. Esa era la palabra exacta de mis sentimientos hacia ellos.

Al encender la tele vi unas imágenes de mi coche en el que se me podía ver de perfil hablando con un chico, al menos a él no se le podía ver la cara, aunque obviamente yo sabía quién era.
- Bien, ahora, ¿qué es eso que estoy viendo?
- A mí, hablando con un amigo en mi coche. Fin de la historia.
- No niñita no, fin no. Ahora todas las revistas creen que es tu novio, no puedes dar una fama de niña caprichosa por el país.
- Max, eso te lo acabas de inventar tú ahora mismo. Así que no me hagas hacer algo que no quiero, porque sé por dónde van tus tiros.
- Sophie, haz el favor de despertar. Mira cualquier revista digital para darte cuenta de lo que te estoy diciendo.
- Me voy a ahorrar el cabreo así que vamos al grano, ¿qué debo hacer?
- Tienes que salir con ese chico, sea quien sea.
- No puedo hacer eso, él es irlandés. Se irá en dos días de vuelta allí. En verdad vino al concierto y se quedaba una semana.
- Me da igual.
- ¡Max joder! ¡No puede quedarse!
- ¿Cúal de las tres palabras no has entendido? ¿ Me, da o igual?
- Adiós.

Del enfado que tenía en esos momentos encima no quería seguir discutiendo con nadie. Me fui directa a la cocina de mi casa, preparé un cola-cao calentito y fui a acomodarme al sillón para pensar cómo le diría a Niall todo esto. 




Holly.
Tenía la cadera destrozada. Por culpa del maldito Louis ahora no podía mover apenas las piernas. Maldigo el momento en el que decidió cargarse sobre mí, y claro precisamente su peso no era pluma. Vendetta. Solo quería vengarme.

- Louis ven a mi casa.
- Tú no me mandas, no voy a ir.
- Dije que vengas. - Mi voz se notaba furiosa y decisiva, no quería andarme por rodeos. 
- Dame 20 minutos.
- No puedo esperar tanto. 15 en la puerta trasera de mi casa.
- Vale.
- Cuando llegues salta la puerta, entra por la cocina. Si mueves un poco el manillar se abre sola. Hasta ahora.

Ahora debería esperar a que el pánfilo viniera. Genial. ¿Qué iba a hacer durante 15 minutos esperando en la cama? Aunque el Candy Crush ahora se veía apetecible.




Bridget.
Tenía toda la mañana libre y no sabía qué hacer. Ya había comprado el pan, me había probado la ropa de esta tarde, había colocado mi habitación... y todavía era medio día. Fui a casa de Sophie, me presenté sin avisar pero supe que me iba a aceptar con una sonrisa. Aunque no se la veía muy contenta.

La pregunté qué pasaba y me explicó todo lo de Niall. Realmente lo tenía algo enrevesado y no sabía cómo salir de esta. Pero tampoco se puede decir que yo la pudiera muchos consejos porque mi situación no era de las mejores. Logan. Dichoso Logan. Cuanto quería terminar con él.

- Sophie tranquila, si Niall no está será imposible una relación y Max lo tendrá que entender por muy cabezota que sea.
- No lo entiendes.
- Sí, sí lo entiendo y no me digas que no porque es mentira.
- Max es capaz de interrumpir sus estudios con tal de traerlo aquí y que hagamos la parejita perfecta que toda la prensa quiere ver y que nos da más dinero.
- ¿Te recuerdo que ahora mismo estoy en una relación falsa? 
- Ah, cierto. Perdón. Es que fingís muy bien.
- Puede, pero eso me ha costado mucho tiempo. Tener que fingir que quieres a alguien y en realidad no es así es difícil de asimilar, y más si ni siquiera sabías quién era hasta antes de que te lo presentaran como 'tu nuevo novio'.
- ¿No hay noticias nuevas sobre cuándo terminar la relación?
- No. 

No. No. No. No sabía cuando iba a poder querer a un chico que me sintiera ser especial, aunque quizás era más difícil pensar que iba a conocer a alguien que me hiciera sentir bien. Sentirme viva, fuerte, feliz. Solo pedía eso, solo una cosa. Aunque mi vida se basaba en inseguridades y probablemente esa sería la razón de mis fracasos. Es cierto que ya me quiero tal y como soy pero sigo sintiéndome inferior por dentro. Y es por eso que todas las críticas me afectan de una forma o de otra. 

- Verás que todo se soluciona pronto.
- Eso de dijeron hace exactamente 2 meses y aquí seguimos.
- Tranquila, si esto no termina pronto tomaré medidas en el asunto. No me agrada nada verte triste ni decaída. Tienes que volver a ser esa chica fiestera, a la cual siempre podías acudir porque te iba a sacar una sonrisa.
- Es mejor que no te metas, dentro de poco tendrás tus propios problemas y es mejor que empieces a pensar en una solución ahora para ellos. Créeme.
- Quédate aquí. Yo solo no puedo estar para cuando tenga que contar a Niall.
- Perfecto. ¿Pasta o huevos fritos?
- Pasta con huevos fritos.





Holly.
Después de estar esperando llegó Louis a mi casa, abrió la puerta y subió a mi cuarto. Nada mas verle empecé a chillar todos mis dolores que me había causado por su definición de diversión.

- Uy, pues lo siento. - El pobrecito se había puesto rojo como un tomate y estaba mirando al suelo, no se  atrevía a mirarme a la cara.
- Tranquilo, ahora cógeme y bajemos.

Bajamos al salón. Aunque mejor dicho, él bajó al salón y yo me cargué en sus brazos. Estaba empeñada en que hiciera de mi esclavo todo el día, era su culpa, él asumía las consecuencias. Pero Louis decía que no, que me las apañara cómo pudiera. Y ante este dilemas sólo había una solución.

- ¿Cara o cruz?
- ¿Qué?
- Bien. Si sale cara serás mi esclavo si sale creo serás libre de hacer lo que quieras con el cargo de conciencia de no haber ayudado a una pobre mujer dolorida.
- No me das pena.
- Ni falta que hace. Ya bastante pena voy a sentir cuando vayas a hacer la compra.
- ¿De qué me estás hablando?
- Necesito huevos, leche, ah y algo de carne. Chuletas o algún filete lo que veas más apetecible.


El chico me fulminó con la mirada después de decir eso. Sacó una moneda de su bolsillo una vez me hubo dejado en una silla bien sentada. La colocó en su mano derecha y con un rápido y ágil movimiento de mano la lanzó al aire. Dio vueltas y vueltas y vueltas hasta atraparla. Acto seguido la puso sobre la mesa y destapó la mano para ver el ganador.

- ¡CARA! ¡SÍ!
- Mierda. Mierda. Mierda. ¡Mierda!
- Adivina quién va a ir a hacer la compra.
- Huevos, leche y carne. A sus órdenes.
- Espera mozo, antes hazme el desayuno y después te podrás ir.

Después de hacer mi desayuno se fue a hacer la compra como había dicho anteriormente. Al rato vino con todos los alimentos y me ayudó a dejarlos colocados en la cocina. Tenía que vestirme y prepararme para esta tarde así que volvimos escaleras arriba. Sacó toda la ropa del armario que le dije, hasta calcetines.

- Bien, vete fuera que ahora te aviso.
- No.
- Louis, fuera. Me tengo que cambiar.
- Me dijiste que debía ayudarte. Así que me quedaré aquí observando cómo te cambias por si necesitas ayuda.
- Cansino. Eres cansino. Pero mira, si te hace ilusión quédate pero coge un cubo o algún vaso.
- ¿Para qué voy a necesitar yo eso?
- No quiero babas en mi suelo amor.
- No me retes.
- Ya lo hice y perdiste una vez, no te dejes mal a ti mismo y calla.

Se quedó en la habitación mientras me vestía. Me daba algo de vergüenza y gracias a dios no tenía que cambiarme ahora la ropa interior porque sino hubiera sido muerte y auto destrucción. Aunque ya lo tenía pensado. ¿Quería quedarse? Tendría su merecido, y sí, se me da bien el movimiento lento y sensual.




Abbie.
Liam y Zayn estaban muy pesaditos desde ayer. No paraban de mandarme mensajes para quedar o salir a dar un paseo o cualquier actividad tonta que se me pudiera ocurrir. Y como no tenía nada que hacer decidí llamar a Liam.

- ¿Liam? No puedo salir ahora. Ni por la tarde. No. Tengo Ensayos. Ven a mi casa si quieres. ¿En media hora? Perfecto. Adiós.

Uno había picado el anzuelo, ahora faltaba mi moreno. Usaría la misma táctica, las mismas palabras. Si había salido bien una vez, saldría bien dos.

- ¿Zayn? No puedo salir ahora. Ni por la tarde. No. Tengo Ensayos. Ven a mi casa si quieres. ¿En media hora? Perfecto. Adiós.

Ahora solo debería esperar a que los dos vinieran y poder solucionar todo de una vez por todas.




Sophie.
- Bridget, no me atrevo. Llámalo tú.
- No puedo hacer eso, sería muy raro que yo explicara todo eso a él, no sé si te das cuenta.
- Está bien.

Saqué fuerzas de... bueno, no sé de dónde, pero marqué su número y me coloqué el auricular en la oreja. Uno... Dos... Tres... Ya oía cómo se estaba descolgando el móvil al otro lado de la línea. Su voz. Su preciosa voz. Espera ¿qué? No le había oído bien, ahora quedaría como una tonta por no escucharlo y ser yo quien llamaba.

- ¿Niall?
- Sí, sí, ¿ocurre algo?
- Verás, - inspiré fuertemente. - En la prensa han sacado fotos nuestras en el coche y ahora mi mánager está muy enfadado y quiere que salgamos porque sino daría muy mala fama al grupo y ya sé que te vas pero no me hace caso y tenemos que hablar los dos con él porque hay que solucionarlo. - Todo esto lo dije en un minuto aproximadamente a una gran velocidad que ni yo misma me entendía.
- ¿Qué?
- ¿Quieres ser mi novio¿

A partir de ese momento dejé de oír cualquier sonido al otro lado del auricular. Había cortado, mierda. Joder. Ahora qué iba a hacer yo.




Abbie.
Mala idea. Esta fue la peor idea del mundo. Nunca más traeré a dos chicos juntos a mi casa. Nunca. Ahora debía arreglar todo.

- ¡ADMITE QUE NO LA QUIERES! - Liam solo gritaba eso.
- MIENTES. LA QUIERO TANTO COMO TÚ, NO SÉ SI RECUERDAS QUE ES NUESTRA ÍDOLA POR DELANTE DE TODO.
- ME DA IGUAL LO QUE DIGAS. VAMOS NO SEAS UN GALLINA Y DÍSELO. ¿POR QUÉ A ELLA NO LE DICES LO MISMO QUE A MÍ?
- Chicos, -les interrumpí. - Aclaradme qué tenéis que decirme YA.
- Vamos Zayn, cuéntala.
- Abbie. Te amo, y lo sabes, pero no debí besarte. Fue un error yo no quería pero tú estabas borracha y el sabor de tus labios me embriagaba tanto que no podía resistirlo. Lo siento

Se me quedó la boca completamente abierta. Se estaba ¿arrepintiendo por besarme? No entendía nada. Aunque quizás todo empezaba a tener más sentido. Liam estaba enfadado con Zayn por eso, porque pensaba que no debió hacerlo y se pelearon por un simple y estúpido beso. Chicos. Únicos en su especie...

- Bien. Ahora sobro aquí por lo que, adiós.

Y se fue. Sin más demora caminó hasta la puerta, la abrió y salió de mi casa como si nada hubiera pasado, dejándonos a Liam y  a mí solos en el salón.




Bridget.
Llevábamos un rato calladas. No quería preguntarla qué la había dicho Niall en la llamada porque desde mi punto de vista una llamada tan corta no augura nada bueno. Simplemente decidí esperar. Aunque mucho tiempo de espera no hubo ya que alguien llamó al timbre de la casa. 

- Voy a abrir - me dijo con una sonrisa en la cara. Se levantó y abrió la puerta. - ¿¡NIALL!?

Vaya, Romeo había venido para hablar con Julieta. No sé porqué me da que esta no es mi obra así que me fui.

- Sophie, nos vemos esta tarde, la pasta con huevos fritos la dejamos para otro. - Y con un susurro dije - suerte.

Salí de su casa y me dirigí calle arriba a la mía. Bendito el día en que nos dijeron que debíamos vivir en la misma calle. Es cierto que era una muy grande pero por lo menos se podía ir andando de un extremo a otro.

Estaba apunto de abrir la puerta de la verja de mi casa cuando noté un cuerpo detrás de mí. No me dio tiempo a girarme porque hubo unas manos que se posaron en mis ojos haciendo imposible cualquier visión de esa persona. Quien fuera abrió la verja del jardín llevando consigo por delante. Nos dirigimos hacia el patio trasero, reconocía mi propia casa como la palma de mi mano y supe lo que había enfrente mío en todo momento. Una vez paramos estábamos en el porche de atrás. Las manos iban remitiendo, ya no había tanta presión en mi cara. Iba a girarme pero unos labios húmedos y suaves acariciaron mi cuelo dejando al final un beso.





***
Buenas noches, este es el capítulo de la semana pasada. Le subí hoy decidí hacerlo más largo ya que está dedicado a Sophie, la cual cumple hoy 15 años. ¡Muchas felicidades y disfruta de este capítulo! 

(@SoProudOf5Guys) ahí les dejo su twitter para que la feliciten.



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