Abbie.
Seguía en shock. Sinceramente creía que Zayn me había utilizado. Este moreno me había echo creer que aquella noche en la que estaba borracha a más no poder me besó por atracción. Ahora me daba cuenta de que fue una tontería y lo único que podía hacer era olvidar. No olvidarle a él, sino olvidar lo ocurrido, ya que ahora sabía que no podía ser posible.
Salí de mis pensamientos con unas manos que se posaron a ambos lados de mi cintura. Era Liam. Se me había olvidado que él todavía seguía en mi casa.
- Lo siento, yo... - me di la vuelta y al mirar en sus ojos pude ver la tristeza en ellos. - yo no quería que esto fuera así, de verdad, lo siento.
- Hiciste bien, no siempre todo va a poder ser como uno quiera.
- Esto... creo que me iré a casa, no fue buena idea venir.
- Pues yo no creo que sea así. Al menos no me dejes ahora sola, quédate a comer.
- Debería irme, mañana al medio día sale mi tren de vuelta a Wolverhampton.
- Por favor.
En esos momentos mis palabras desprendían tristeza. No quería quedarme sola en casa para después tener que aguantar todo en los ensayos. Y finalmente volver a casa muerta sin ningún minuto por el que sonreír. Por suerte pude convencer a Liam para que se quedara.
Sophie.
- Niall, wow, pensé que te habías enfadado.
- Bueno, digamos que no me hace gracia el tener que ser tu novio a la fuerza por dinero.
- ¿Mi novio?
- Sí.
- ¿De verdad lo dices?
- Claro.
Este chico era demasiado bueno, me iba a matar de amor. Yo creí que se iba a enfadar y me dejaría de hablar y encima con todo el marrón de Modest! Mis impulsos me indujeron a saltar y abrazarlo fuerte. Salvarme de esta no iba a ser fácil y gracias a él ahora el problema se había esfumado.
- Gracias.
- No las des, aunque no sé que vamos a hacer con esto de vivir cada uno en una isla diferente.
- Max tendrá alguna idea.
- ¿Max?
- Una sanguijuela chupa dinero.
Este comentario provocó la risa en el rubio haciendo que yo me sonrojara de gracia. Pasé el mediodía hablando con él sobre su viaje del próximo día y pronto llegó la hora de los ensayos. Debía llegar pronto o me caería bronca. Nos dirigimos al coche ya que Niall tenía que ir conmigo para, al terminar, hablar con el manager sobre toda esta historia.
- Llegamos. - Eché el freno de mano y paré el motor para disponerme a bajar del coche.
- Sophie, espera.
- ¿Qué ocurre?
- Si vamos a ser novios en esta historia tendremos que llevar el papel aprendido.
- Niall, estoy espesa, aclárate y dime qué... - no tuve de tiempo de terminar la frase ya que me besó. Fue un beso rápido, con chispa. Pero tierno. Sus labios eran suaves y carnosos.
- Ahora podemos irnos.
Bridget.
Zayn. Había sido Zayn. Este chico tan misterioso había conseguido "atraparme". Era un amor de persona. Me contó todo lo ocurrido esos días en respecto a Abbie y Liam. Esta chica era un baúl de secretos, se lo callaba todo. Ahora que lo sabía podría chantagearla. A decir verdad, siempre quise que me dijera el nombre de la persona a la que encargaba todos los muebles a medida y el vestidor. Por fin iba a conseguir el mío.
Holly.
Louis tuvo que llevarme a los ensayos. No hacia más que poner excusas pero ya le había enseñado yo quien mandaba aquí, y al fin y al cabo, una apuesta era un apuesta. No había mejor forma para picar a un hombre que con una apuesta. Podías perder, pero la cara que ponían ellos era bastante peculiar y graciosa, mientras tanto en ese momento te reías.
- Louis, bájame del coche.
- Tienes piernas.
- Y caderas destrozadas que apenas puedo mover.
- Te odio por esto, voy a morir por sobre esfuerzo.
- Deja de quejarte.
La persona que iba a morir era yo, cuando me viera ensayar se iba a dar cuenta de que en verdad era todo mentira y poco a poco se me había pasado el dolor. Además tendría que bailar sí o sí. Sino Modest! empezaría con las amenazas de siempre.
Veía que esta tarde iba a ser movidita.
Anne.
Iba con la hora justa para llegar a tiempo a los ensayos. Harry me había mandado un mensaje diciendo que pasaría a buscarme para ir a cenar a un restaurante para despedirnos. Y como mente masculina que tiene me avisa media hora antes de tener que salir de casa.
Y creo que fue un récord porque en ese escaso tiempo que tuve pude hacer de todo. Cogí la ropa que me iba a poner al cambiarme para ir a la cena, champú y gel, dinero, llaves y móvil. Lo había ordenado todo en una bolsa de deporte rosa y negra que usaba para ir a la piscina en verano. Por desgracia tuve que dejarlo por la fama.
Solo quedaban 4 horas para reunirme con Harry. Aunque fuera una despedida, pasar tiempo con ese chico tan guapo era un lujo. Seguro que tenía novia pero mientras que estaba en Londres ella no podía estar ahí con él, y cuando el ratón no está en casa los ratones bailan.
- Tan solo unas horas, puedo. - fue mi último pensamiento en voz alta que pronuncié antes de adentrarme a la sala de vestuarios para cambiarme e ir a nuestra clase.

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